El aikido es un arte marcial desarrollado por Morihei Ueshiba a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Se trata de un sistema de combate que, a diferencia de otras artes marciales, no busca provocar daño al contrario ni derrotarlo o humillarlo, sino que se basa en absorber su energía o impulso y reconducirlo para neutralizar el ataque.
Aikido significa "vía de la armonización del ki". El concepto de ki en la tradición japonesa tiene muchas acepciones. A veces se traduce como "fuerza vital" o "aliento vital" , Puede llegar a ser un concepto filosófico difícil de entender, pero en aikido, a efectos prácticos, entendemos el ki como la fuerza o impulso que trae el atacante (uke) desde el momento en que inicia su ataque hasta que toma contacto con el practicante (tori). Ese impulso no es una fuerza ciega, sino que está guiado por una intención (agarrar o golpear alguna parte del cuerpo de tori), de tal forma que si tori se desplaza, la intención de uke hará que el ataque no se detenga, sino que lo persiga, estableciéndose así la trayectoria del ataque o "línea de ki". El concepto de armonización del ki consiste en que el practicante de aikido consigue, mediante las diferentes técnicas, unificar su propio ki con el del atacante, fundiéndose y armonizándose ambos en una única línea de ki. El atacante, o uke, pierde así la iniciativa y de esa manera es el practicante, o tori, quien toma el control de la agresión hasta ser capaz de neutralizarla.
Pocas artes marciales merecen más este nombre que el aikido. En cuanto al arte, las características elegancia y fluidez propias del aikido llaman mucho la atención de las personas que lo ven en práctica por primera vez, de tal forma que podrían pensar que más que un sistema de combate es una especia de "danza" concertada de antemano entre uke y tori para desarrollar un espectáculo más estético que efectivo. Pero cuando se practica, uno se da cuenta de que está muy lejos de ser un mero "baile", sino que se trata de un completo sistema de autodefensa frente a agresiones con armas y con mano desnuda que en ningún momento deja de merecer el calificativo de "marcial".
Al fundarlo, no era la intención de Morihei Ueshiba el que hubiese competición en aikido al estilo de otras artes marciales, sino que la verdadera competición es contra uno mismo en un afán del aikidoka por superarse a sí mismo en cada práctica hasta lograr una maestría cada vez más refinada de las muy diversas técnicas del aikido, un afán que le acompañará durante toda la vida pues, por ser un arte marcial que no confía en ganar por la fuerza, no requiere del practicante una fortaleza física excepcional. Por tanto, es algo que puede practicarse —y seguir aprendiéndose— hasta edad avanzada.